sábado, 27 de octubre de 2012

El testigo insobornable de la historia


Partiendo de la definición de arquitectura en su sentido más amplio, la actividad humana a través de la historia siempre se ha desarrollado dentro de un marco arquitectónico. Sin duda la arquitectura ha sido testigo de la historia.

Pero no un testigo mudo. Los edificios hablan, sobreviven por mucho tiempo y lo más importante: no mienten. El enorme esfuerzo requerido para levantar una construcción exige una justificación real, necesidades reales, y sobre todo, recursos reales. Para bien o para mal, la arquitectura no puede romper su compromiso con la realidad, su naturaleza material y funcional la une irremediablemente a ella.

Hacerla mentir sería lo mismo que destruirla.

“La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, por que no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones…”
Octavio Paz